Para los que desean restaurar o agregar volumen en determinadas zonas del rostro o el cuerpo, al mismo tiempo que disminuyen la grasa no deseada en otras, la técnica de injerto graso, también llamada transferencia grasa o lipofilling puede ser la indicada. Esta técnica permite mejorar el contorno corporal al tiempo que revitaliza la apariencia general, aportando volumen y una apariencia más natural y juvenil.
En esta entrada de nuestro blog vamos a describir el procedimiento de injerto graso, detallando cómo se elimina la grasa de determinadas zonas corporales, donde no es deseada, mediante liposucción y cómo se transfiere a la ubicación deseada, así como lo que puedes esperar de este procedimiento.
1: Cómo es el procedimiento de injerto graso
A medida que envejecemos el contorno del cuerpo cambia debido a diversos factores, como la pérdida de tono muscular y de la elasticidad de la piel, el efecto de la gravedad, el aumento de peso y las fluctuaciones hormonales. La grasa no deseada tiende a acumularse con mayor facilidad en determinadas áreas como el abdomen, caderas, muslos y cara interna de las rodillas.
El injerto graso es un procedimiento mínimamente invasivo que consiste en eliminar el exceso de grasa no deseada de las zonas antes detalladas mediante liposucción y, a continuación, tras el procesado de dicha grasa extraída, proceder e inyectándolo en áreas del cuerpo donde se desea el rejuvenecimiento y la recuperación del volumen perdido.
La cara, los senos y los glúteos son tres áreas comunes que pueden revitalizarse con inyecciones de grasa.
Los signos de envejecimiento en la cara y el cuello ocurren por muchas razones, y en ellos van a influir diversos factores como la herencia, el tipo de piel, la exposición al sol y las características de estilo de vida (tabaquismo, tipo de dieta, etc.).
Las últimas investigaciones en envejecimiento facial parecen mostrar que más allá de que al cumplir años se produzca una caída de la piel por efecto de la gravedad (lo cual se trata con los tradicionales liftings muy invasivos) tiene lugar un desplazamiento de los depósitos de grasa del rostro de aquellos compartimentos en los que contribuyen a dar un aspecto saludable (mejillas, área bajo los ojos), al tercio inferior de la cara, donde contribuyen a la aparición de arrugas y flacidez, proporcionando un aspecto desvitalizado y envejecido.
Varias áreas de la cara se pueden tratar con un injerto graso o lipofilling, incluidas mejillas, frente, ojeras, nariz, mandíbula, mentón, sienes y labios. Este injerto graso, combinado a veces con un lifting facial mínimamente invasivo, puede reducir la aparición de arrugas y las líneas de expresión, al tiempo que revitaliza todo el contorno de la cara.
A nivel del cuerpo, las mujeres que no están satisfechas con el tamaño de sus senos o que han experimentado cambios en la apariencia de los mismos, pueden recuperar en parte el volumen perdido y conseguir un escote más atractivo mediante un injerto graso. Es importante resaltar que mediante la técnica de injerto graso o lipotransferecia solo se pueden conseguir aumentos de volumen de las mamas discretos, aunque con un aspecto muy natural. El injerto graso se recomienda en la recuperación de la integridad de las mamas y el escote en mujeres operadas de reconstrucción mamaria tras un cáncer de mama.
2: Cómo es la preparación para la cirugía de injerto graso
El injerto graso es un procedimiento poco invasivo, que puede tener una duración variable en el quirófano desde menos de una hora a varias horas, dependiendo de la complejidad y de si se combinan varios procedimientos en el mismo acto quirúrgico.
En primer lugar, el cirujano marca las áreas del cuerpo de las que se va a extraer la grasa y las zonas en las que se va a inyectar, para que le sirvan de guía durante la cirugía.
Al ser un procedimiento mínimamente invasivo, el injerto graso se suele realizar habitualmente con anestesia local, que puede ir asistida de sedación. Sin embargo, en procedimientos más complejos, que impliquen áreas más extensas o cuando se combina con otros procedimientos quirúrgicos, la intervención se realiza con anestesia general. Su cirujano le indicará qué es lo recomendado en su caso particular.
En las zonas de las que se va a extraer la grasa mediante liposucción, se inyecta suero con adrenalina y anestesia local para facilitar la eliminación de las células grasas, anestesia el área a tratar y minimizar el sangrado.
3: Cómo es la técnica del injerto graso
El injerto graso se inicia con la realización de la liposucción para obtener la grasa que luego será transferida. Dependiendo de la paciente, la grasa se va a eliminar de diversas áreas del cuerpo, como abdomen, muslos, glúteos, cara interna de las rodillas o espalda. La mayor parte de esta grasa corporal se encuentra justo debajo de la piel y por encima del tejido muscular, constituyendo el panículo adiposo. La liposucción va a eliminar parte de esta grasa mediante la inserción de unas cánulas específicas lo que permite mejorar el contorno de la zona tratada. Las cánulas se irán moviendo de adelante a detrás, formando pequeños túneles a través de los que se eliminará la grasa mediante una succión suave; estos túneles se cerrarán en los días siguientes, una vez extraída la cánula. Puesto que las cánulas son muy finas y las incisiones muy pequeñas y dado que el cirujano aprovecha pliegues de la piel, las cicatrices van a quedar ocultas y serán casi inapreciables. El resultado de la liposucción será la mejora del contorno corporal en las áreas tratadas.
A continuación, las células grasas extraídas mediante la liposucción se aíslan, se limpian y preparan para inyectarse en las zonas deseadas.
Es importante destacar que, en la grasa extraída además de células grasas o adipocitos, hay también componentes del tejido intersticial existente entre los adipocitos, donde hay factores de crecimiento y también células madre. Estos componentes hacen que además de aportar volumen, estos últimos componentes contribuyen a una revitalización permanente de la piel.
Se pueden distinguir una serie de técnicas de procesado e injerto de la grasa extraída:
• Injerto Graso Estructural: Es el usado más habitualmente, siguiendo la técnica inicialmente descrita por Coleman. La grasa extraída se procesa mediante distintos métodos, como son centrifugación, filtración o decantación. De este modo se separan una capa inferior más densa que contiene restos de sangre y de la solución anestésica, material de desecho y agua; una capa intermedia que es la grasa (adipocitos) que se va a emplear para el injerto y una capa superior oleosa, procedente de la rotura de ácidos grasos. La capa inferior se descarta y la menos densa superior se retira con una gasa, quedando la grasa del nivel intermedio lista para ser transferida. Este tipo de injerto graso es el más indicado para las zonas más profundas del rostro y el que se usa siempre para zonas corporales como escote, mamas, etc. La reabsorción posterior de la grasa transferida en este tipo de injertos no suele rebasar el 25%.
• Microinjerto graso y SNIF (Sharp-Needle Intradermal Fat): La grasa se procesa mediante decantación y uno o dos lavados con suero; tiene la ventaja de ser un método completamente cerrado y la grasa que se obtienen es muy limpia. Dicha grasa se transfiere a una jeringa de 1 mL y se inyecta empleando cánulas muy finas, de menos de 1 mm de diámetro (generalmente de 0,7 mm). La inyección se hace en el plano subcutáneo. Para inyectar en planos muy superficiales de la cara se usan agujas muy finas (23 G) y es la técnica conocida como SNIF.
Este tipo de injertos contiene igualmente adipocitos viables, que aportan volumen y estructura a la zona injertada. La reabsorción de la grasa transferida es menor que en el caso del injerto graso estructural.
Están indicados para tratar cualquier zona de la cara y son los más adecuados para remodelar las zonas más superficiales, como la zona alrededor de los ojos y los labios.
• Nanoinjertos: La grasa extraída se pasa repetidamente de una jeringa de 10 mL a otra, hasta que se licúa y se obtiene una emulsión. Dicha emulsión se filtra a través de filtros de 0,5 mm de diámetro. A diferencia de los anteriores tipos de injerto, el nanoinjerto no contiene adipocitos, pero sí células madre y factores de crecimiento presentes en la matriz intercelular, que se caracterizan por tener un gran poder regenerativo. Este tipo de injertos resulta ideal para tratar la piel dañada por envejecimiento, por ejemplo, para aclarar el color de la piel de las ojeras. La forma de procesar la grasa elimina los adipocitos, por lo que este tipo de injerto no sirve para aportar volumen, pero sí se mantienen intactos los componentes de la matriz extracelular y su capacidad de rejuvenecimiento.
En resumen, e independientemente del tipo de injerto empleado, la grasa extraída se va a transferir a la zona deseada, rostro, escote, etc. Su cirujano usará una cánula muy fina o incluso una aguja fina, como se ha descrito anteriormente. Mediante un movimiento cuidadoso, la grasa se agrega lentamente en múltiples áreas hasta alcanzar el volumen deseado.
Las incisiones pueden cerrarse con suturas mínimas o incluso no ser necesario si se emplean agujas finas para el injerto.
Por último, se aplicará un apósito para proteger la zona de inyección durante su recuperación.
4: Cómo es la recuperación tras el injerto graso:
El injerto graso es habitualmente un procedimiento mínimamente invasivo, por lo que la intervención se suele realizar en régimen ambulatorio, de modo que regresará a casa el mismo día, tras un período de observación después de la cirugía de dos a cuatro horas, para verificar que todo es correcto.
Se suele emplear una venda o prenda de compresión durante algunas semanas en las zonas de las que se ha extraído la grasa, para reducir la inflamación y ayudar a la piel a adaptarse al nuevo contorno corporal. Aunque el postoperatorio no suele ser doloroso, en ocasiones su cirujano le puede recomendar analgesia los primeros días, para que la recuperación sea más confortable.
Se aconseja reservar algunos días de reposo antes de reanudar las actividades diarias. Puede ser normal la aparición de algún pequeño hematoma tras la intervención, que se resolverá en unos días. La inflamación también puede ocurrir y se debe esperar un poco más (1-3 meses) hasta volver a la normalidad.
Siga las indicaciones de su cirujano para evitar complicaciones y permitir que su cuerpo se recupere con normalidad.
5: Riesgos del procedimiento de injerto graso y expectativas
En la consulta su cirujano le informará sobre los posibles riesgos y complicaciones, como infección, aparición de microcalcificaciones (pequeños depósitos minerales) o muerte de células grasas.
También es posible que, para lograr el aspecto deseado, sea necesario realizar más de un procedimiento.
Aunque los resultados se aprecian después del procedimiento, el resultado final no será aparente hasta aproximadamente un año tras la intervención. Parte del aumento de volumen inicial se debe a la inflamación postquirúrgica y puede reducirse un poco con el tiempo.
Aunque durante la liposucción la grasa que se elimina es permanente, ello no va a impedir el crecimiento del tejido graso restante en el futuro, según la dieta y el estilo de vida. Los resultados también pueden variar con el aumento o los cambios de peso.
No obstante, con expectativas realistas, un mantenimiento adecuado y un estilo de vida saludable, es posible disfrutar de los resultados del injerto graso durante varios años.