El tratamiento del melasma con el láser de picosegundos Enlighten III proporciona un control preciso, mientras el láser va eliminando de forma suave las manchas, dando paso a una piel con un tono más uniforme.
La energía del láser es emitida en forma de pulsos de duración ultracorta, a través de una pieza de mano que se mantiene próxima a la piel a tratar. Las manchas son eliminadas de forma precisa y rápida, sin dolor ni sangrado y con excelentes resultados.
El doctor seleccionará los parámetros precisos en función de las características del problema de melasma que presenta el paciente. El procedimiento en conjunto durará unos 20-25 minutos.
Durante el tratamiento la mayoría de los pacientes sienten una ligera sensación de chasquido durante la aplicación del láser, que algunos describen como si una banda de goma golpeara la piel y otros como una fina lluvia eléctrica. Aunque la gran mayoría de personas lo toleran sin ningún problema, en algunas más susceptibles al dolor se puede aplicar crema anestésica en la zona a tratar unas horas antes, para conseguir un mayor confort durante el tratamiento.
Inmediatamente después del tratamiento la zona tratada se puede ver enrojecida, pero el dolor es mínimos o inexistente y no requiere período de inactividad ninguno, por lo que es posible reincorporarse a la vida cotidiana y laboral después del tratamiento.
En los días siguientes al tratamiento las manchas tratadas se van oscureciendo, formándose una finísima costra apenas perceptible, indicativa de que el láser ha funcionado, y que se puede cubrir sin ningún problema con maquillaje; finalmente, termina desprendiéndose a los 5-7días.
Las lesiones complejas como el melasma suelen requerir varias sesiones de tratamiento, que suele oscilar entre 3 y 6, según la intensidad del problema.
Es fundamental proteger la piel después del tratamiento con un fotoprotector de amplio espectro (SPF50) y minimizar la exposición al sol para mantener los mejores resultados.