En la práctica diaria es frecuente que las pacientes que solicitan una mamoplastia de aumento tengan alguna variación anatómica que aporte complejidad a la cirugía y que se debe resolver de forma correcta.
El comportamiento de la piel, tamaño del pecho, distribución muscular y conformación del tórax…, son variables que se combinan y dan lugar a tantas situaciones quirúrgicas como pacientes consultan. Es por este motivo que la mamoplastia de aumento no es un tipo único de cirugía, es un conjunto de intervenciones distintas que buscan un mismo objetivo, conseguir una mama lo más natural posible en forma, simetría, posición y volumen.
El cirujano plástico habituado a la intervención de mamoplastia de aumento no realiza la simple inserción de una prótesis. Se adapta a las necesidades y características anatómicas de la paciente, elije las mejores opciones técnicas, e implanta la prótesis de tamaño y forma más adecuados.
La intervención de mamoplastia de aumento se realiza de forma rutinaria desde hace más de 30 años. Es una intervención segura, pero como cualquier procedimiento médico se ve afectado por el envejecimiento de los pacientes, y no está libre de complicaciones. Es en este tipo de cirugía secundaria o el tratamiento de las complicaciones donde la experiencia del cirujano es un recurso inestimable.